viernes, 11 de abril de 2008

Palabras del presidente de Rotaract Club de Quilpué


Queda tan sólo un trimestre para terminar este período rotario y no quiero dejar de pasar la oportunidad de felicitar a cada uno de mis socios rotaractianos de Quilpué por la labor desempeñada antes, durante y después de la Campaña Una Casa con Color da Alegría al Hogar. Antes, en la preparación y ejecución del bingo, que fue nuestra primera etapa. Durante, en nuestra segunda etapa de recolectar tarros de pintura y los materiales para el pintado. Y en la tercera etapa en los días sábado 23 y domingo 24 de febrero en la ejecución misma del proyecto. Qué linda labor! Recuerdo las caras de todos nosotros sudadas, con polvo y enrojecidas por el efecto del sol. Pero ahí estábamos, nadie ni nada nos intimidaba porque llevábamos en nuestros corazones y en nuestras mochilas el lema de Compartir Rotary, pero no sólo dentro de cuatro paredes, sino en terreno, compartiendo con la gente, interiorizándonos de sus problemas y falencias y entregándoles las directrices a seguir y motivándolos para salir adelante. Y después con la labor realizada por Ingrid de llevarles ropa de invierno a una familia con la que se encariñó mucho y que, lamentablemente, había perdido todo por un incendio que afectó a su hogar. De eso se trata nuestra labor como rotaractianos, pues como jóvenes debemos dar el ejemplo a nuestra sociedad de que no sólo hacemos noticias por asaltos y drogadicción, sino que también hay una gran parte incógnita que practica el bien con el resto y, más aún, que sembramos la semilla del bien y de la esperanza para lograr encontrar la paz y la comprensión mundial entre las diferentes culturas, clases sociales, credos políticos y religiosos y lograr la unión entre los hombres para vivir una vida más justa y menos cruel.

Sin duda debemos continuar con el magnífico trabajo que hemos realizado con cada actividad que hemos emprendido, porque más que papel y lápiz le ponemos corazón a cada labor social que hacemos, y entregamos una parte de nuestros corazones a cada persona que ayudamos para empaparlas del espíritu rotaractiano que es dar de si antes de pensar en si… porque ¿cuántas veces hemos dejado de hacer nuestras cosas por estar acá y pensar en qué podemos aportar a nuestra comunidad? Pero mis amigos no sólo basta con eso, tenemos que buscar la forma de integrar a nuevos socios y apadrinarlos hasta que ya se afiaten con nuestro club, encantarlos con el espíritu rotaractiano y re-encantarnos a nosotros mismos.

Les insto a seguir por este hermoso camino que es la vida de un joven rotaractiano, una vida de entrega, de pasión por el servicio social, de paz, de formación como futuros líderes rotarios, una vida de comprensión, de compañerismo y de amistad.

Francisco Farías Guajardo
Presidente

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